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Foto del escritorDon Camilo

¿EL EJERCICIO PROFESIONAL ERA LO QUE ESPERABAS?


Me lo preguntaron ayer. A veces uno quisiera que las preguntas fueran como los procedimientos quirúrgicos y se considerara la mediación de la anestesia, sin embargo, no siempre es así.


La verdad es que el silencio se apoderó del momento porque yo no estudié Contaduría Pública por vocación, jamás fue mi primera opción a considerar como futura profesión, yo no soñaba de niño con ser Contador Público y mi proceso fue más de conveniencia y practicidad que de pasión previa.


Estudié en un colegio de formación comercial, entonces encontré cierta afinidad con la contabilidad, aunque las matemáticas nunca fueron, ni han sido ni serán mi principal habilidad. Más adepto a la comunicación escrita, a la lectura y a un pensamiento creativo, consideré la publicidad y la comunicación social como primeras opciones pero el pensamiento pragmático de mi padre me condujo por "aquello que se me facilitaba" y es lo que hoy en día me tiene aquí, escribiendo esta respuesta y con 14 años de ejercicio profesional encima.


Solía ver a los auxiliares y contadores sumamente ocupados, llenos de trabajo y esa era una carta de garantía, sabía que el mercado me iba a sonreir y en cualquier momento se daría la oportunidad para comenzar mi vida laboral y así fue. La sensación de entrar en una empresa luciendo una modesta corbata, ocupar un escritorio y evidenciar que muchas de las cosas que poco a poco aprendía y hacía le eran de gran utilidad a mis superiores para la toma de decisiones, trajo consigo aquella primera sensación de triunfo. En eso, los docentes de la universidad no se equivocaron; le era útil a la sociedad y eso me agradaba y agradaba a otros.


La relación con una profesión es como el amor y depende de las empresas para las cuales trabajes o de los clientes a los cuales prestes tus servicios, así como el amor depende de las personas con las que sueles involucrarte sentimentalmente. Bajo este precepto, no siempre se da con las personas adecuadas pero no por ello debemos crear un preconcepto generalizado, no todas las personas son malas, así como no todos los clientes o los jefes son malvados.


Pasar por varias empresas es saludable, nuestra profesión es cíclica y llega un momento en que sientes que te estancas y buscas un nuevo motor donde puedas engranar y aprender cosas nuevas. En ese vaivén profesional patrocinado por el tiempo, encuentras empresas o personas que consideran valioso tu aporte al negocio; pero de la misma manera otras donde no pasas de ser alguien impuesto por una obligación legal... generalmente son los que te preguntan cosas como: -¿Todo eso por una simple firma?-.


Resulta bastante útil tener presente que el ejercicio profesional no debe reacaer solamente sobre la concepción especial que tiene nuestra firma; certificar no es todo, así como tampoco lo es la prestación de servicios a terceros... nuestra profesión tiene un campo de acción bastante extenso que incluso muchos colegas ignoran y de manera conservadora se inclinan por lo tradicional, algo que no está mal pero le resta oportunidad a nuevas experiencias que incluso pueden ayudar a considerar la tecnología como una ayuda y no como "esa vaina que nos va a dejar sin trabajo".


El tiempo ha pasado y la percepción de "los de contabilidad trabajan mucho" sigue allí, generando oportunidades y motivando cada vez a más y más personas a querer formar parte de este gremio. Me atrevo a indicar que esta profesión puede ser una tierra de oportunidades, sin embargo, debe ser tomada con responsabilidad, seriedad y especialmente conociendo de antemano los riesgos que se pueden correr en su ejercicio, para lo que sugiero tener plena conciencia de las responsabilidades legales de dar fe pública.


El mercado se comporta de conformidad a lo que transmite la oferta y la demanda. ¿Por qué pagan tan poquito? - Muchos se lo preguntan y hasta yo me lo pregunto. Un debate extenso plagado de teorías se entreteje en torno a esta pregunta que ronda la cabeza de muchas personas y donde yo siempre recomiendo a mis colegas que jamás permitan que el cliente ponga precio a los servicios y al tiempo que implica desarrollar las actividades propias del ejercicio profesional. Si la chica es linda pero interesada, espera un poco, ya llegará la indicada... igual pasa con los clientes.


Retomando la pregunta inicial y después de tomar en cuenta algunos aspectos para dar respuesta, considero que el ejercicio profesional efectivamente era lo que esperaba. En mi caso lo es porque siempre tuve esa imagen del contador ocupado y al que nunca le faltaba quehacer, tal como me ha sucedido. Aquí hago una salvedad y es que no se debe confundir el éxito con "el estar siempre reventado de trabajo", como tampoco se debe pensar que el más productivo es el que más horas dedica al trabajo porque la vida es un soplo y no es agradable sentirla pasar detrás de un escritorio y en una oficina de 3x3 rodeado de papel.


Por un ecosistema contable con menos esclavos mal pagos y más consultores y asesores, dejo entre líneas algunos considerandos para que aquellos que vienen atrás entiendan que esto no se trata solamente de firmar y de vivir ocupado, sino también de desarrollar la habilidad para el planteamiento de estratégias que puedan solucionar problemas, medir y mitigar el riesgo en los negocios, tanto ajenos como propios.


Consejo: Explore el gran campo de acción que le brindan sus habilidades.



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